Villa del Belvedere

La villa municipal, llamada "del Belvedere" por su magnífica vista sobre el valle de la Conca de oro, fue descrita a mediados del siglo XVI por Tommaso Fazello como "gran anfiteatro imaginado por la naturaleza". En el siglo XII, Guillermo II de Altavilla, continuando con la construcción de grandiosas construcciones para glorificar la dinastía normanda, había decidido erigir sobre una meseta un gran complejo compuesto por una basílica y una abadía benedictina. En el interior, la abadía incluía el huerto de los benedictinos; situado en el extremo sur del circuito de las torres, representaba un lugar de trabajo y de ocio. Cuando los benedictinos reemplazaron a los canónigos, el huerto se convirtió en "Jardín de la Matriz". Las plantas medicinales fueron reemplazadas por árboles y el jardín asumió una configuración tal que los senderos peatonales fueron liberados de los espacios cultivados; se eliminaron los antiguos muros normandos de valla y se abrió a la vista del valle. En la segunda mitad del siglo XVIII, con los Borbones, se utilizó para reuniones e importantes celebraciones. En el siglo XIX se plantan palmeras y nuevos árboles, como los bellísimos ejemplares de ficus magnolioides de grandiosas copas, asumiendo la actual connotación de perfumado lugar de sombra y de frescura. Pero fue con la Unidad de Italia que el sitio tomó la forma que hoy conocemos.