Hasta mediados del siglo XVI, existía una pequeña iglesia de la que no queda evidencia arquitectónica. Después de la deliberación de los superiores de la congregación casinesa para organizar las estructuras del monasterio, en 1564 se emprendió la construcción de la actual iglesia abacial, y sabemos que estas obras terminaron en 1595.
Ambas fechas, además de la rica documentación que se conserva en el Archivo Histórico de la Abadía, las aprendemos de las dos inscripciones de mármol que encontramos en la fachada exterior de la misma iglesia. La dedicación (consagración al culto) de la iglesia, en cambio, tuvo lugar el 20 de mayo de 1602, durante un solemne rito presidido por el arzobispo de Palermo Diego Aedo.
En su interior la iglesia abacial se presenta en toda su sobriedad, si miramos, de hecho, a las intervenciones posteriores de embellecimiento tanto del ábside como de algunas capillas, entendemos que la intención de los monjes era hacer revestir las paredes de la iglesia con mármoles y otras decoraciones. Pero el gran proyecto nunca se llevó a cabo por falta de fondos .
De la iglesia anterior a la actual no queda nada, solo algunas obras de mármol de finales del siglo XV como la estatua de la Virgen de la Consolación, un portal y una pila de agua bendita.
